El anhelo de quienes son visados para viajar a Estados Unidos, es residir en New York, desconociendo por completo la pesada carga económica que llevarían sobre sus hombros y las difícultades, que afrontarian para vivir en la llamada capital del mundo.
En la actualidad, la renta es muy costosa, los alimentos crudos o listos para ingerir, son más caros que en las demás ciudades de otros estados y la accesibilidad a los parqueos públicos, si tiene vehículo propio, se convierte en una horrible pesadilla diaria.
A esta situación descrita, se agregan la violencia y delincuencia que se origina sin importar hora, día y lugar.
Aunque, aquí se encuentran los edificios de rascacielos más llamativos de la ciudad.
Las más reconocidas y afamadas tiendas, vivir en New York, está destinado a una determinada clase social.
No todos, aunque quisieran, pueden vivir en la “Baber de Hierro”, ya que la generalidad de su población devengan salarios de 15 dólares la hora que no alcanza para costear las necesidades prioritarias.
Ese es el salario básico, que genera la mayoría de la población latina de New York.
Los reclamos de los latinos, frente a las autoridades de New York, y el gobierno estadounidense, no han cesado en busca de poder lograr este deseo de vivir sin el estrés, que los caracteriza.
Es preocupante, y deprimente cómo viven la generalidad de los latinos, quienes en busca de vivir una mejor calidad de vida, hasta el momento no logran su cometido.
Dicha situación, es la que durante los últimos años, han originado que los latinos prefieran trabajar en New York, y vivir en ciudades del estado de New Jersey, donde la renta es más barata, existen mayores posibilidades de parqueos y menos acciones de violencia y delincuencia.