Por Carlos McCoy
Introducción
Les vamos a Presentar a nuestros conciudadanos, parte de las realizaciones de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana, que “a simple vista” no se perciben, pues no son obras de relumbrón y en realidad, son las más importantes para lograr un verdadero y sostenido progreso y así poder sacar a nuestra tierra de la noria de la pobreza. Convirtiéndolo de una nación subdesarrollada en un país en vías de desarrollo. Primeros pasos hacia la consecución de la prosperidad plena.
Mostrar con ejemplos concretos y comparaciones con ejecutorias en otras latitudes, las realizaciones del PLD que, no solo se sienten, se perciben. No se ven ni se tocan, pero son imprescindibles para lograr un estado de bienestar y felicidad en nuestro pueblo.
CAPÍTULO I
Aire, agua y alimentación como elementos de vida:
Un ser humano puede sobrevivir sin alimentos por algunas semanas, sin agua, por varios días, sin aire apenas minutos. Contrario a los sólidos y los líquidos, el aire no se puede ver ni tocar, solo lo percibimos y realmente nos damos cuenta de su existencia, cuando nos falta y sentimos que nos asfixiamos. Ese es uno de los elementos considerados intangibles, su importancia, huelga explicarlo.
José Martí dijo esta frase, “En política, lo único verdadero, es lo que no se ve”. En los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana este enunciado tomó vigencia, se convirtió en una práctica. Lo cual demostraremos a continuación. Aunque se construyeron muchísimas obras de caracteres estructurales como son los túneles, los elevados, las autovías, los caminos vecinales, aceras y contenes, represas, instalaciones de energía convencionales y renovables; hidráulicas, eólicas, solares, biomasa.
También proyectos de vivienda al estilo de la Ciudad Juan Bosh, La Barquita, el Riíto de La Vega, Boca de Cachón, fue mucho más lo construido en esas gestiones, que el pueblo dominicano lo disfruta. Que son solo elementos perceptibles. No físicos.
CAPÍTULO II
Filosofía, religión, sabiduría y sociedad:
Mientras en los países del norte de Europa, a principio del siglo XVI, el monje alemán Martín Lutero, aprovechaba el auge del desarrollo de la imprenta, inventada por Johannes Gutenberg años antes. para enseñar a leer a sus feligreses e imprimir y distribuir entre ellos su 95 tesis e incentivar la lectura de la biblia, en las naciones del sur, Portugal, España, Italia y Grecia, por el contrario, quemaban los libros y mantenían a la población en la ignorancia más abyecta.
Argumentando la salvación de las almas, los sacerdotes católicos se dedicaban a amasar fortunas vendiendo indulgencias con el ulterior propósito de construir hermosos palacios y extravagantes iglesias, como la Basílica de San Pedro en Roma, que no aportaban absolutamente nada al desarrollo de sus devotos.
El resultado lo tenemos a la vista, esos pueblos septentrionales, aun con sus climas extremos por estar muy cerca del ártico, hoy se han desarrollado y tienen un sistema de vida mucho mejor y más equitativo, comparado con los países meridionales, debido a la visión que tuvieron sus líderes poniendo mayor énfasis en los elementos de infraestructuras educativas, filosóficas, morales y sociales.
En el continente americano, esta situación se repite casi exactamente. Canadá y los Estados Unidos de América establecieron la misma filosofía de los países bálticos y escandinavos y han conseguido un progreso muy superior a México quien se mantuvo con el oscurantismo español de la inquisición. Una de las constantes de los países desarrollados es, cimentar ese desarrollo, no solo en infraestructuras físicas sino también y principalmente, en elementos filosóficos, educativos, religiosos, en conductas sociales acordes con unas excelentes relaciones interpersonales, las buenas costumbres, la formación y el conocimiento. Los cuales fueron los pilares en los gobiernos del PLD.
CAPÍTULO III
Reducción de ansiedades, estrés y angustias:
Estos tres elementos incorpóreos, pueden causar un daño en el ser humano de impredecibles consecuencias. La necesidad y la ansiedad de levantarse diariamente a las 5 de la mañana por el compromiso de llegar temprano al trabajo y tener que ir a lidiar con las llamadas voladoras, el destartalado concho o los suicidas motoconchistas, pues no se contaba con un transporte adecuado, eficiente, barato y estable, con el cual la población se pudiera transportar sin contratiempos para acudir al lugar donde labora, provocaba angustias, estrés y en consecuencia fatales enfermedades. Todo esto quedó en el pasado desde el primer gobierno Peledeista. Con las construcciones del Metro de Santo Domingo, La Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses, (OMSA) y el Teleférico, ese desasosiego, esa agonía, no tienen formas ni colores, pero crispan los nervios, felizmente eso se esfumó en las brumas del olvido.
Hoy, fruto de esa visión de Estado, nadie se acuerda de esos percances. Es un placer despertar en vez de las cinco de la mañana, agregarle dos horas más de sueño a su descanso, pues se tiene la seguridad de que, en menos de 30 minutos, se puede llegar a cualquier punto de la ciudad, en una combinación de transporte cómodo, eficiente y barato. Lo mismo sucedía con los viajantes interprovinciales.
Estos utilizaban ya sea su propio automóvil o un autobús del trasporte privado. La sensación de confianza que se sentía cuando transitábamos en nuestras vías era latente, pero estaba ahí. Esa certeza de llegar a nuestro destino sin contratiempos, sin la tensión de quedarnos en el camino por desperfectos mecánicos en el vehículo y sin temor a ser atracados en las carreteras, la proveía el Programa de Seguridad Vial del Ministerio de Obras Públicas. Prestos a ayudarle al menor inconveniente que se le presentara al conductor, de manera gratuita. Sin las llamadas “mordidas”. Con esto añadimos a la población calidad de vida, la cual se sentía. Se disfrutaba.
Capítulo IV
Problemas positivos:
Los dominicanos somos muy buenos jugando y analizando el Béisbol, “la pelota” para nosotros. La mayoría de los seguidores del llamado deporte nacional, sabemos que cuando un dirigente tiene en sus manos cinco lanzadores estelares y tres cuarto bates, está al frente de un verdadero problema, pues no sabe a cuál de ellos mandar como relevo o a quien va a poner de tercero y quinto en la alineación, estos son de los percances deseados por todo mánager.
Eso sucedió en los últimos gobiernos del PLD. Conseguir un técnico, ya sea un electricista, mecánico automotriz, carpintero, plomero y demás era una odisea. La tasa de desempleo se mantenía bajando vertiginosamente. Íbamos caminando, con pasos muy firmes, al pleno empleo y paralelamente, comenzó el auge de las pequeñas y medianas empresas, las cuales absorbían mucha mano de obras. Por tal motivo se hacía muy difícil encontrarse hasta con un chiripero. Esto hizo bajar el crimen y subsecuentemente aumentar en la ciudadanía, la percepción de seguridad pues un pueblo ocupado, ya sea trabajando o estudiando, tiene su mente enfocada en sus responsabilidades y en su progreso. Convirtiéndose en un ciudadano respetuoso de las leyes y su norte es disfrutar del bienestar con familiares y amigos alejándose de los problemas.
Capítulo V
Salud y educación:
Salud y educación, estos dos elementos, ambos intangibles, ninguno de los dos se puede observar ni palpar, son verdaderamente inmateriales, etéreos, sutiles, pero son importantes cimientos en la construcción de un pueblo. Uno y otro trabajando siempre de la mano para lograr el despegue de una nación hacia el progreso y la definitiva salida del estancamiento social y económico.
El presidente Danilo Medina dijo, “la educación es el otro nombre de la libertad” Un pueblo con deficiencias educativas no puede desarrollarse. Pero, para lograr esa formación tiene, como primer requisito, el estar sano. La creación en los gobiernos morados de la estrella amarilla de una combinación del bienestar físico e intelectual, con las creaciones del Seguro Nacional de Salud, SENASA, las Boticas Populares y las Tandas Extendidas, apoyados por los Colegios Comunitarios, sentaron las bases para conseguir esa anhelada preparación técnico profesional de nuestros alumnos.
Esa instrucción no comenzaba en las escuelas primarias, ni siquiera en las llamadas escuela de párvulos o kindergarten como algunos la llaman. Se iniciaban en las Estancias Infantiles, donde, además de un buen cuidado médico y una excelente alimentación, las estimulaciones cognitivas de los bebés dominicanos empezaban desde los primeros meses de vida de la criatura, pues cualquier deficiencia cerebral a esa tierna edad, por descuido, impericia o malnutrición, causa lesiones permanentes, irreversibles.
Estos esmerados servicios, preparaban a esos niños para tenerlos listos a entrar a los cinco o seis años al currículo educacional formal sin ninguna deficiencia. Ya dentro del sistema educativo público, a nuestros alumnos se les proveía con desayuno, almuerzo, merienda, útiles escolares, mochilas, uniformes, zapatos, o sea, todo lo necesario para su educación. El currículo se iba a enriquecer añadiendo, los lunes, miércoles y viernes en las tardes, la preparación tecnológica o artística de los estudiantes, además, la práctica de deportes los martes jueves y sábados. Todo bajo la supervisión de buenos instructores técnicos, profesores de artes y entrenadores deportivos.
Haciendo de la escuela un lugar ameno y entretenido, consiguiendo con esto disminuir el ausentismo escolar. Se logró aplicar plenamente una de las citas del poeta romano Decimus Junius Juvenalis, “mente sana en cuerpo sano”. Los padres ya no tenían la preocupación del gasto en la alimentación de sus hijos y a la vez, era un excelente ahorro en su economía doméstica. Tampoco, ningún tipo de incertidumbres por su salud, su educación, ni de su preparación futura, pues para cuando terminaran el bachillerato ya estarían preparados para entrar al mundo laboral, o continuar con una carrera universitaria.
Fue una gran carga quitada por el Estado Peledeista de los hombros a las familias dominicanas. Otros buenos efectos colaterales de este sistema educativo era que al salir calificados adecuadamente para obtener un trabajo bien remunerado y tener acceso inmediato a los medios de producción, les sacaba de las manos al narcotráfico potenciales delincuentes. A esto debemos sumarle la certeza de, aun teniendo todos estos cuidados, usted o su niño se enfermaba, tenían la seguridad de ir a una instalación sanitaria moderna y equipada con todo lo necesario, en cualquier lugar del país, donde sería atendido con esmero y dedicación. Se terminaron las zozobras.
Tampoco las familias dominicanas tenían el desasosiego de donde conseguirían las medicinas recetadas por los galenos de los centros hospitalarios, pues las Boticas Populares se encargaron de solucionar esos inconvenientes. Para colocar el suspiro y la cereza en el tope de ese hermoso bizcocho de salud, debemos destacar el 911. Ya no había la necesidad de montar un herido en la barra de una bicicleta o en la cama de una camioneta y salir como locos a una clínica o al hospital más cercano. Los paramédicos de ese excelente sistema de emergencia llegaban al lugar del accidente en muy breve tiempo, pues utilizaban motocicletas especiales equipadas para la ocasión, e inmediatamente comenzaba a estabilizar al enfermo o al accidentado, mientras esperaban las modernas ambulancias que lo conducirían, con todos los cuidados necesarios, a la entidad sanitaria del área.
El pueblo hizo conciencia de que poseía este subyacente servicio para afrontar lo inesperado. No podemos obviar los niños con necesidades especiales. Aún las familias más pudientes de nuestro país no disponían de un lugar donde llevar a esos angelitos. La frustración se apoderaba de los padres al no tener en las manos una solución a ese grave problema. Esto comenzó a solucionarse con la creación del Centro de Atención Integral para la Discapacidad (CAID). Estas instituciones, comenzaron a instalarse en diferentes lugares del territorio nacional, donde se aceptaba a todos quienes la necesitaran, sin mirar colores, clases sociales, nivel económico, ni banderías políticas. Ya no había la obligación de dejar a este infante, vegetando en la casa, con un familiar, un vecino o una persona sin ninguna preparación.
En estos centros se les proveía con un tratamiento especial de acuerdo con sus necesidades individuales y los padres podían irse a sus lugares de trabajo o de estudio sin ninguna preocupación. Mientras esto sucedía con los niños y adolescentes, la instrucción de los adultos también fue una prioridad en los gobiernos Peledeístas. El Plan Nacional de Alfabetización Quisqueya Aprende Contigo, bajó la tasa de analfabetismo a 6.8%, faltando solo 80,000 personas para alcanzar la meta de menos de 5%, necesaria para lograr declarar nuestro país totalmente alfabetizado. Lo cual estaba programado para lograse el siguiente año. La emoción de ver a una orgullosa señora de la tercera edad firmando con su nombre por primera vez, es algo sencillamente indescriptible.
Capítulo VI
Confianza y satisfacción:
La palabra empeñada como aval, algo perdido en el tiempo, volvió a tener vigencia en los gobiernos del PLD. Aquellas personas poseedoras de la técnica y la destreza para emprender una microempresa, pero no eran sujetos de crédito por las entidades bancarias comerciales, pues no tenían colaterales para poner en garantías, encontraron en Banca Solidaria, una institución amiga que creía en un apretón de mano, una firma y el compromiso verbal de honrar lo pactado.
Con estos préstamos del Estado Dominicano, las MIPYMES se reprodujeron como verdolagas. Fueron muchos los talleres de mecánica automotriz, salones de belleza. fábricas de calzados, panaderías, dulcerías, establecimientos de servicio de comida, en fin, una serie de pequeños negocios cuyos dueños tenían la idea y la habilidad, pero les faltaba lo primordial, el capital. Esto fue solucionado por los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana con esas instituciones financieras populares. Como ingrediente adicional, también se les proveía con los recursos técnicos y empresariales necesarios a través del Instituto de Formación Técnico Profesional, INFOTEP, para evitar fracasos por problemas gerenciales. Se pensó en cada detalle.
Si esto sucedía en las ciudades, en las campiñas dominicanas pasaba otro tanto. Los campesinos, por medio de las Visitas Sorpresas, también conseguían financiamientos, equipos agrícolas y asesoramientos profesionales, para enseñarles a manejar sus siembras y sus cosechas con eficacia. Se crearon miles de cooperativas donde los hombres del campo se organizaron para trabajar en equipo. La sinergia en su mayor expresión.
Logramos una excelente eficiencia. Producíamos el 85% de los géneros alimenticios de nuestro consumo al mismo tiempo que aumentaban las exportaciones. Los productos del agro, de buena calidad y a bajos precios, se veían por doquier. El pueblo no se percataba, de que ese porcentaje de producción se quedaba muy corto si incluíamos el consumo de los ciudadanos de nuestros vecinos, con los cuales compartimos la isla y de los visitantes. En este renglón nos dirigíamos a la meta de conseguir un turista por cada habitante. Llegamos a recibir 7 millones, quienes consumían casi todo lo producido en los labrantíos dominicanos.
El siguiente paso fue comenzar a industrializar esos productos del agro. Ya no solo se exportaba cacao, fabricábamos chocolates. Los pequeños industriales del campo empezaron a convertir la yuca en casabe y a exportarlo con un valor agregado, principalmente al mercado latino de los Estados Unidos de América. Las frutas comenzaron a convertirse en jugos embotellados y las especias, verduras y bulbos en condimentos enlatados.
Los fértiles valles de nuestro hermoso país empezaron a reverdecer con una amplia gama de diversos productos agrícolas. Las montañas no se quedaron atrás. Los habitantes de la sierra, contagiados con la empatía y el liderazgo integral del presidente Medina, tomaron conciencia de su entorno y con la ayuda económica del gobierno, abandonaron el depredador conuquismo y comenzaron a reforestar nuestros montes con especies endémicas y nativas, las cuales, con el manejo adecuado, les proporcionarían pingües y constantes beneficios.
Nuestras cordilleras empezaron a cambiar del color ocre de la erosión, al verde de los pinares criollos, de la Palma Real, de los cipreses y con ellos retornaron las aves, como la cigua palmera y volvieron las mariposas a refrescar nuestra vista y los colibríes y las abejas a fecundar las flores. Resurgieron las capas freáticas y los ríos comenzaron a llenarse de agua nueva vez y algunos que se habían esfumado, reaparecieron retomando sus cauces. Con la ayuda y el cuidado de nuestros serranos el ecosistema comenzó a auto regenerarse.
Los resultados están a la vista. Lo que no se vio fue, el esfuerzo combinado de muchos pensadores, estrategas, técnicos, obreros y campesinos dedicados 24 horas a lograr el éxito de estos propósitos. Más significativo aún, era la voluntad política de los gobiernos morados de continuar con el Proyecto de Nación comenzado por Juan Pablo Duarte y los trinitarios en el 1844, seguidos por Juan Bosch en el 1963, al cual también interrumpieron y continuado por Danilo Medina.
Capítulo VII
Crecimiento económico:
En las gestiones gubernamentales del Partido de la Liberación Dominicana nuestro país se convirtió en el paradigma financiero de la región. Diferentes entidades como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional, entre otras, reiteradamente felicitaban públicamente al gobierno dominicano por sus logros en las finanzas públicas.
Tuvimos un promedio de crecimiento constante de alrededor del 7% por 16 años consecutivos con una tasa cambiaria estable y una inflación totalmente controlada. Fueron muchos los presidentes de países vecinos y figuras internacionales, llegados a nuestra nación a constatar personalmente, lo que se llamó “el milagro económico dominicano”.
La oposición, ante la realidad de los logros del PLD en esta materia, no podían negarlo, aun así, quisieron minimizarlo diciendo que esa bonanza económica no era equitativa y no le llegaba al grueso de la población. Nada más alejado de la verdad. La equidad, no solo se percibe, se disfruta. Repartir logros de nuestro crecimiento entre todos los ciudadanos de un país, no es colocarles un billete de cien pesos en el bolsillo a cada habitante.
Equidad es; garantizarle a nuestros empresarios e industriales, estabilidad macroeconómica, para que puedan planificar sus inversiones a largo plazo y generar beneficios para producir más y mejores empleos; es proveerle a la ciudadanía centros educativos de calidad y poder recibir el pan de la enseñanza, desde las instancias infantiles hasta un post grado universitario completamente gratis; es brindarles desayuno, almuerzo y merienda a los estudiantes y personal docente; es habilitar y construir instalaciones hospitalarias modernas para que el 100% de la población pueda obtener servicios de salud adecuados sin costo alguno; es proporcionarles un transporte, urbano e interurbano, seguro, rápido, limpio, barato y eficiente, totalmente asequible; es ofrecerle a los de mayor necesidad su alimentación diaria, a bajísimos precios, por medio de los Comedores Económicos; es proveerles a los usuarios 24 horas de energía eléctrica; es proporcionarle sus títulos de propiedad a los labradores.
Esos obreros agrícolas que trabajan diariamente con tesón y dedicación, para lograr poner esas tierras a parir buenos frutos, es ayudarlos en sus emergencias económicas con programas sociales como Solidaridad, Bono Luz, Bono Gas, Bono Estudiantil. En una palabra, es ir eliminando paulatinamente, sin pausas, la desigualdad social, donde los menos poseen demasiado y la mayoría tiene muy poco. Todo eso eran realidades, no promesas ni quimeras.
Capítulo VIII
Relaciones internacionales:
Los logros de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana no solo fueron internos. Internacionalmente se obtuvieron muchísimos éxitos. Se alcanzaron varios hitos en la historia de las relaciones exteriores. Se establecieron acuerdos diplomáticos y comerciales con la República Popular China, un país con alrededor de 1,400 millones de habitantes. potencializando nuestras exportaciones, los intercambios culturales con ese milenario pueblo y el turismo.
Mucho más trascendental, en esa coyuntura fue, que gracias a la alianza sino-dominicana, se pudieron conseguir a tiempo, las vacunas Sinovac, producidas por esa gran nación y con la cual se pudo controlar, en su peor momento, los efectos de la terrible pandemia del Covid-19. Es imposible contar las muertes que se evitaron por esta visión de Estado. Un apoteósico triunfo fue, el prestigio de ser electos, por primera vez, miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el periodo 2019-2020.
Por otra parte, los Estados Unidos de América, reconociendo los logros en materia de eficiencia y seguridad aérea de nuestro país, enviaron una solicitud al gobierno dominicano, para incluir algunos aeropuertos internacionales de la República Dominicana, en la exclusiva lista de las pocas instalaciones aeroportuarias de los cincos continentes que pueden hacer aduanas y migración americana en sus propios territorios. El llamado “Preclearance” (autorización previa).
A nivel mundial, solo están autorizadas 16 terminales con estas facilidades, con las cuales se les da mayor agilidad a los pasajeros con destino final a esa nación, pues al llegar es como haber realizado un viaje doméstico y no tendrían el inconveniente de pasar por los fastidiosos trámites del papeleo de entrada. Ese sería también el primer paso para la anhelada verificación, en territorio nacional, de los productos dominicanos de exportación. Dándoles mayores garantías a nuestros exportadores. Pues una vez revisados y aceptados en suelo criollo, tienen la certeza de no ser rechazados ni devueltos cuando lleguen a su destino final en puertos americanos.
Los cielos nuestros se abrieron a innumerables nuevos vuelos internacionales. Comenzamos a recibir aeronaves directamente desde el Medio Oriente, de Rusia y se comenzaron las pláticas con el gobierno chino en ese sentido. Se incrementaron los de Europa, Canadá y Estados Unidos. Florecieron los llamados “Vuelos Chárteres” que hacían un negocio redondo, venían llenos de turistas y regresaban a sus respectivos países convertidos en aviones de carga, pues llevaban es sus barrigas, en vez de equipajes, una gran variedad de productos dominicanos.
A la aeroportuaria le siguieron las vías marítimas. Establecimos nuevas rutas comerciales desde Manzanillo a los países bálticos. Nuestras costas acogieron nuevos puertos turísticos, algunos construidos por navieras internacionales para su uso exclusivo. Estos, convirtieron a la República Dominicana en un punto de parada obligatoria en los itinerarios de esos grandes hoteles flotantes, conectando nuestro país con otros muelles del área. Se terminó la necesidad de salir del territorio nacional para tomar un crucero.
Conclusiones
Definitivamente los logros de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana no solo se ven, más valioso aún, se sienten. Como los buenos aromas, se perciben. El PLD se esmeró en el bienestar de su pueblo, como los padres lo hacen con sus hijos. Rompió con el inmediatismo característico de los gobiernos que le antecedieron, quienes solo se concentraban en los cuatro años de duración del periodo presidencial para los cuales fueron electos.
Comenzó, como debe ser, por el principio. Estableciendo metas a cortos, medianos y largos plazos. Con la creación de las Estancias Infantiles y los Centros de Atención Integral para la Discapacidad se vaciaba la zapata para la construcción del rascacielos del progreso dominicano. Los niños entraban al sistema escolar público a través de las Tandas Extendidas donde se les proporcionaban todas las herramientas necesarias para su formación formal, incluyendo la alimentación. Una escuela amigable y amena, en la cual, algo que no había sucedido en la historia, los estudiantes tenían ansias de asistir. Ya en el nivel de educación superior, el currículo rompía con la deficiencia de nuestros bachilleres, terminando con el hándicap de necesitar instrucciones adicionales, como los Colegios Universitarios.
Nuestros envejecientes también eran beneficiarios de este ambicioso sistema de enseñanza, el Plan Nacional de Alfabetización los sacó del laberinto de la ignorancia y los ayudó a enfrentar y vencer el minotauro del analfabetismo. El monto de 4% del Producto Interno Bruto para el Ministerio de Educación, ley promulgada en el año 1997 que ningún presidente la había aplicado, se cumplió cabalmente desde el primer Presupuesto General elaborado en el gobierno de Danilo Medina. Se construyeron recintos escolares y se repararon otros. Aumentaron los sueldos de los docentes y se comenzó un ambicioso programa de capacitación, pues es un axioma, usted no puede enseñar lo que no sabe.
Estas iniciativas eran parte del programa de gobierno para establecer las bases a futuro. Sin embargo, paralelamente había la necesidad de lidiar con los problemas de la población en lo inmediato y que no podían esperar. En tal sentido, se establecieron los programas de auxilio a los más vulnerables como la Tarjeta Solidaridad, Comer es Primero, Incentivo a la Asistencia Escolar, entre otros instrumentos de ayuda social.
La pandemia del Covid-19 comenzó a azotar nuestro país en marzo del 2020, esto no amilanó al gobierno del PLD en su desvelo por su pueblo, todo lo contrario, al verse obligado a cerrar la mayoría de los puestos de trabajo incrementó la ayuda con los programas de Quédate en casa, Fase I, Fase II y Pa´ti, además la distribución de alimentos por medio del Plan Social de la Presidencia a los hogares más necesitados.
Al mismo tiempo que se trabajaba en la educación y el bienestar social de la población se invertía en su salud, La construcción de hospitales, clínicas y establecimientos de atención primaria, tocaron cada uno de los municipios de nuestro país. Terminaron las zozobras de recorrer grandes distancias para ser atendido para cualquier emergencia médica. No solo se pensó en la salud ciudadana, el enfermo entorno ambiental también fue prioridad en los gobiernos del PLD. Se comenzó un extenso programa de reforestación en gran parte del territorio nacional, principalmente en las cuencas donde nacen nuestros principales ríos. Integrando al campesino dominicano y ayudarlo a entender a vivir en armonía con su medio ambiente.
Los resultados fueron extraordinarios. Creemos que no hubo un solo sector, llámese Zonas Francas, turismo, exportación, inversión extranjera, estabilidad macroeconómica, fortalecimiento institucional, transparencia, país digital, desarrollo, energía, interconexión vial, asfaltados, donde la República Dominicana no se colocara en los primeros lugares de la región. Hoy el pueblo dominicano vive con una tristeza melancólica, abrumado por la nostalgia y el recuerdo de la dicha perdida. Se ha dado cuenta del error cometido al comprar la falsa propaganda del cambio ofrecida por el Partido Revolucionario Moderno y añora los gobiernos del PLD.
No es la primera vez que esto sucede, los llamados “revolucionarios” a finales del siglo XIX concibieron algo similar desacreditando el gobierno del presidente Ulises Francisco Espaillat, al cual hicieron saltar en solo siete meses. A tal punto que el general Gregorio Luperón escribió:
“la revolución era el desorden y la inmoralidad contra el orden y la moralidad política. Era el robo y la estafa contra la austeridad. La intemperancia y la injusticia contra la templanza y el bien. Era la tiranía implacable de la anarquía contra la libertad y la democracia y el despilfarro contra la entereza y la probidad. La revolución era una blasfemia contra la ley y una burla contra la honradez. La historia condenará inexorablemente aquel infame crimen.
Aquellos hombres no tenían más principios que las de meter la mano en la caja del tesoro y revolcarse luego, deshonrados, en el fango de los bandoleros”. (1). El historiador José Gabriel García se unió a las voces que engalanaron el decoro de los verdaderos patriotas en esa ocasión. Al respecto dijo: “La locura de un pueblo que, a fuer de apasionado e ignorante, ha tenido siempre la desgracia de renunciar a los hombres buenos, a los que aspiran a labrar su felicidad, para convertirse en esclavos de los que no aman la patria, de los que no hacen más que jugar con susdestinos” (2). Ambas citas pueden volver a escribirse hoy, pues aún conservan su vigencia.
Desdichadamente, son tropezones de la historia. Pero, el que da un traspié y no se cae, adelanta un paso. Nosotros, en el Partido de la Liberación Dominicana, seguimos de pies y estamos dispuestos a trabajar doble jornada para recuperar el tiempo perdido. Estos cuatro años quedarán en nuestra memoria como un mal sueño. Una horrible pesadilla. En lo adelante, debemos ser muy cautelosos, para evitar potenciales traiciones, algo también intangible y que hacen mucho daño.
En el 2024, monolíticamente unidos, tomaremos de nuevo el camino del progreso con más fe y mayor experiencia. comprometidos a retomar la filosofía de nuestros orígenes que nos dio muy buenos resultados. Es un deber de todo peledeísta educarse, prepararse políticamente y trabajar en nuestra inteligencia emocional. Herramienta necesaria para lograr el control de nuestras emociones y el conocimiento de la de los demás. Pues como dice Baltasar Gracián, “El autoconocimiento es el comienzo de la superación personal”. Retornar al profesor Bosch adaptándolo, en lo posible, a los nuevos tiempos. Colaborar para seguir construyendo el mayor intangible en el que se concentró el presidente Danilo Medina, el futuro de la patria.
En la mayoría de las obras realizadas por su gobierno, el verdadero impacto no va a surtir efecto de inmediato, se verá en el Porvenir. Verbigracia la educación y la salud. Las generaciones venideras tendrán que agradecerle su bienestar físico y mental a esa gestión. Pues de verdad hizo realidad nuestro lema; “servir al partido, para servir al pueblo”. El futuro de nuestro país se vislumbra claro y radiante. Se ve en lontananza el renacer de una bella aurora. Se asoma en el horizonte la brillante estrella amarilla, alumbrando una hermosa y esperanzadora alborada morada.