La complicada situación que vivió al estar encerrado un año en un centro de rehabilitación contra las adicciones impulso un radical cambio en Julio César Chávez Jr, pues su imagen hoy luce muy distinta a la que llegó a proyectar en sus redes sociales.
Si bien es cierto que la ingesta de pastillas para adelgazar y el consumo de otras sustancias llegaron a poner en malas condiciones al boxeador sinaloense parece que la dura lección recibida lo hizo recapacitar y actualmente está tratando de irse reincorporarse a su familia y a la sociedad.
Durante una entrevista concedida al excampeón del mundo Marco Antonio Barrera, en el podcast Un round más, Chávez Carrasco reconoció que en su momento el consumo de pastillas se le fue de las manos y tuvo que aceptar la ayuda de su padre, quien lo ingresó a una clínica con el objetivo de ser desintoxicado física y mentalmente.
“Agarré las cosas para bien, salí motivado a entrenar, esa era mi motivación allá adentro, decía cuando salga voy a salir a entrenar bien a bajar de peso, porque yo no tomaba ni me drogaba con drogas fuertes, yo usaba pastillas para bajar de peso, se me hizo un problema porque quería tomas más y más, me estaban haciendo daño”, mencionó.
Y los resultados poco a poco saltan a la vista, pues del demacrado aspecto que llegó a proyectar, al gladiador de 37 años incluso ya se le aprecia en forma física de cara a su reapareción sobre el ring programada para el próximo 20 de mayo en el Estadio Caliente, donde se enfrentará a Carlos Galván.
Sin embargo, en la función donde la pelea estelar correrá a cargo de Julio César Chávez González ante el Erick “Terrible” Morales, el “Hijo de la Leyenda” se juega lo que le queda de carrera, pues si a lo largo de 10 rounds no muestra el talento suficiente para ganarse un lugar en la división de peso semicompleto, entonces su trayectoria podría irse por la borda.