El AC Milan y el AS Roma empataron en duelo aburrido, con emociones en los últimos minutos del partido con este resultado los dos están empatados en puntos por el ultimo puesto.
En una sucesión de encontronazos, fallos, golpes y hombres al suelo, los dos únicos tiros entre los tres palos del partido, los dos más allá del minuto 93, tras hora y media inexpresiva, establecieron el resultado más acorde entre el Roma y el Milan (1-1), que disimularon su decepcionante duelo, su pulso nulo por la Liga de Campeones, con la emoción final del 1-0 local en el 94 y el 1-1 visitante en el 97.
Todo el encuentro se redujo al tiempo añadido. Lo único rescatable de la frustrante tarde de fútbol entre ambos equipos. Al 1-0 con el que Tammy Abraham golpeó primero en el marcador, al culminar un contraataque ya en el 94, y al 1-1 de Saelemaekers, que remachó en el segundo palo un centro al área entre las piernas de Rui Patricio más allá del 96, cuando el Milan sentía el encuentro perdido, cuando percibía que la Liga de Campeones se iba.
Todo sigue igual entre los dos, cuarto (el Milan) y quinto (el Roma), embarullados en un choque de bajo nivel. Sin matices. Atenazados por la responsabilidad, aplacados por sus adversarios, sin apenas un lanzamiento creíble entre los tres postes hasta la ‘locura’ final. En la intrascendencia de casi todos sus ataques hasta entonces, nadie impuso su fútbol. Ni su ritmo. Ni su idea.
Los dos se quedan con 57 puntos. Los dos, con sus dudas. El Roma sólo ha ganado tres de sus últimos siete encuentros de la Serie A; el Milan agrandó a siete su sucesión de compromisos sin derrota entre todas las competiciones, a una semana y media vista ya de la semifinal de la Liga de Campeones con el Inter, pero, en todo este tramo, sólo ha ganado tres de los duelos, dos en la liga y uno en la ‘Champions’.
Nada, ni siquiera la emoción final, salvó al partido de una sensación menor. Ni Brahim Díaz, desaparecido y sustituido sobrepasada la hora de partido. Ni Rafael Leao. Ni Olivier Giroud. Ni Belotti, lesionado y cambiado al descanso. Si acaso Abraham, por el mérito del gol del 1-0 ya en el minuto 93, o Saelemaekers, que entró al terreno por Brahim y que rescató un punto para el Milan. Nadie apareció en la dimensión que se les presupone.
Todo dentro de una partida táctica. Y un combate. La primera parte fue una prueba de resistencia. La segunda, sin tanto accidente, fue nula, hasta la agitación final. Siempre, más tensión que juego, más golpes que fútbol, más imprecisiones que pases. Una secuencia de caídas e interrupciones acompañó la competitividad y la intensidad del primer acto, sin una sola ocasión clara de verdad, sin una parada de los porteros. Ni al remate de Pellegrini que sacó su compañero Abraham. Ni al de Tomori desviado en una jugada a balón parado.
Nada más. Antes, al cuarto de hora, se fue lesionado Kumbulla, del Roma. Antes, hubo mucho choque, como el de Matic sobre Bennacer o a un par de Theo Hernández. También el susto de Tomori, que, con las semifinales de la Liga de Campeones a la vista, jugó al borde de la lesión y la sustitución… Resistió primero, cuando Thiaw ya se había enfundado la camiseta de juego para entrar en su lugar al campo y Tomori tomó la determinación de seguir en juego, pero sólo hasta el intermedio, cuando se efectuó la variación obligada.
En esa vorágine también quedó fuera Andrea Belotti, lastimado antes del descanso y cambiado justo antes de salir a la segunda parte, entre su lamento y su frustración; dentro del enredo que fue casi todo el encuentro. El error fue tan recurrente en cada acción que no hubo nada de continuidad. Los goles finales, ya en el tiempo añadido, fueron un final inesperado. El 1-0 y el 1-1. No el empate final. En los 93 minutos anteriores, no tiraron entre los tres palos ninguno de los dos. Ni Roma ni Milan.
Mientras la Roma de Mourinho, juega las semifinales de Europa League frente al Bayer Leverkusen, de Xabi Alonso. Si gana La Loba gana su segundo torneo internacional.