San Juan, Puerto Rico y el Coliseo José Miguel Agrelot contemplaron el enorme éxito que generaron los fanáticos a raíz de la llegada de la World Wrestling Entertainment (WWE) a tierras caribeñas con la velada de Backlash; un evento que, sin lugar a dudas, marcará un antes y un después para la luche libre en Latinoamérica.
El “culpable” de esta trascendencia tiene un nombre: Bad Bunny, quien catapultó su figura más allá de la música durante el sábado pasado cuando conquistó el recinto con una victoria sobre el luchador Damian Priest en una pelea callejera que contó con mucho sabor latino.
Bad Bunny se ganó el respeto de la WWE
En una contienda en la que se vieron involucrados Rey Mysterio con ‘Latin World Order’ y el regreso de Carlitos Colón junto al mítico Savio Vega, el artista de 29 años volvió a sorprender a propios y extraños al aguantar tanto castigo para abandonar el Coliseo ante los ojos de carca de 18,000 fanáticos con el respeto de muchos sobre sus hombros.
Gracias a los esfuerzos del gobierno y a los inversionistas que apostaron por traer a Puerto Rico el producto de WWE, la arena boricua explotó completamente en dos noches con un lleno total el viernes pasado con SmackDown, y ahora, con Backlash, teniendo al artista número 1 de la música urbana como la carta principal de esta gira.
Si bien es cierto que muchos expertos y aficionados de la lucha libre no aceptaron su llegada a WWE, es indudable que Bad Bunny se ha ganado a pulso el lugar que está teniendo dentro de la compañía por encima de muchos artistas que han pasado por los pasillos, pues él mismo fue el factor de ver realizado su sueño de niño y de devolverle una alegría a la lucha boricua con un evento de esta índole.
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