Con este Versículo del Evangelio que presenta Lucas 4 : 16-21, comenzamos nuestra Reflexión de esta semana, en el que Jesús expresa sus palabras textuales: “El Espíritu del Señor se Posó sobre Mí”. Esto causó muchas Ronchas entre los presentes envidiosos que acechaban a Jesús para acusarlo. Habían otros que deseaban descubrir que lo que Jesús decía, si tenía Veracidad o no. Otros pocos se conmovieron de pensar que el Salvador del Mundo, había por fin llegado y se alegraron.
Sus propias palabras dicen que El era el Enviado para amparar a los Pobres, para anunciar a los cautivos la Libertad, a los Ciegos la Vista, curar a los Enfermos; y sobre todo a Proclamar el Año de La Gracia.
Nosotros hoy debemos tomar con seriedad este anuncio. Jesús sigue Vivo y nos sigue hablando, tal como habló en aquel tiempo. No dejemos perder la oportunidad de esta Vida que nos da el Señor Jesús. Cuántas veces nos manda el Señor, el Espíritu de La Verdad, y cuántas veces lo rechazamos?
Preguntémonos qué es lo que necesitamos hoy día. Dónde está nuestro Éxito. Dónde está nuestra Esperanza? Qué estamos haciendo para reconocer que hay Vida Eterna? El Cielo es la Promesa de Cristo. No olvidemos que los ojos del Señor, están puestos sobre nuestras vidas.
Dejémonos llevar por esa Fe que tuvo Cristo Jesús. El sólo quiere vernos morir al Pecado. Dejémonos guiar hoy por el Espíritu Santo, buscando llenarnos de El, y encontrar el Bien y alejarnos del Mal.
Sigamos el modelo de Santidad de Cristo Resucitado, pues todo lo que Jesús dijo e hizo es La Verdad
Divina Castillo.