Con la puesta en marcha de un Plan Piloto que incluye seis consulados dominicanos en igual número de países, el Ministerio de Relaciones Exteriores (Mirex) comenzó su proyecto de privatización de nuestros servicios consulares en el exterior con el objetivo de que tengamos “una transparencia en las recaudaciones y estandarizar los costos” según señalaron sus voceros. Y humildemente me pregunto si es esa la única alternativa, o ¿existe la posibilidad de que nuestros funcionarios públicos puedan hacer una gestión eficiente con normas y procedimientos estandarizados sin pasar por la privatización?
Ante las reiteradas denuncias de variaciones en los precios y tiempos de expedición de documentos, el Mirex decidió que esta era la vía idónea; pero nosotros nos mostramos en desacuerdo por varias razones.
En primer lugar, cabe acotar que la diáspora dominicana asciende a 2 millones y medio de personas. Nuestro país cuenta con 47 consulados y, adicionalmente, 30 embajadas con sus respectivas secciones consulares a lo largo y ancho del planeta, para un total de alrededor de 97 consulados. Ciertamente, si bien las denuncias son numerosas también es verdad que los trámites se han manejado con discrecionalidad y sin reglas claras.
Nuestras experiencias con procesos de privatización no han resultado exitosas. Tenemos los casos de la privatización de los aeropuertos, que generaban beneficios económicos al Estado y ahora parte de esos beneficios va a una compañía privada, cuando no teníamos la necesidad. Por otro lado, la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE), cuya privatización ha significado más dinero de los bolsillos tanto del Estado como de los ciudadanos y, aun así, se arrastran los mismos problemas de hace 20 años. Una y otra vez, empresas privadas reciben recursos por prestar un servicio que es responsabilidad del Estado. Consideramos que tales recursos deberían ser invertidos en servicios y proyectos para nuestros ciudadanos.
De manera que, asumir esta solución como la mejor vía es desconocer la capacidad e integridad de nuestros funcionarios públicos. Tenemos gente valiosa, honesta e íntegra, personas con formación y años de servicio que están en capacidad de liderar y ejecutar una gestión eficiente para beneficio de nuestros hermanos dominicanos en el mundo.