En esta semana vamos juntos todos a meditar un poco sobre la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo y con la paciencia que supo cargar su Cruz. Y la paciencia que debemos tener, para cargar la nuestra. Es bueno destacar que Nosotros no queremos cargar con nuestras cruces, a pesar de su ligereza. Siempre estamos prestos para renegar de ellas.
Pero Jesús nos dice que llevemos nuestras cruces con Amor que El siempre está presente para ayudarnos a liberarnos de nuestros Pecados. Pues es que El cargó con nuestros culpas. Es que ya los cargó al derramar su preciosa sangre, para que el Padre de Los Cielos esté contento de que hagamos su voluntad.
Jesús que fue condenado a Muerte siendo inocente, y como oveja llevada al Matadero, para enseñarnos a soportar el sufrimiento, cuando somos golpeados, cuando somos burlados por nuestros propios hermanos. Meditemos en que Jesús sigue aguantando nuestras cruces, para que no caigamos en tentaciones y que como El aprendamos a callar, frente a los crímenes de los demás hermanos.
Tomemos tiempo para meditar en las caídas de Jesús, el Hijo del Altísimo, en los azotes que recibió, en fin el martirio que tuvo que soportar para asegurarnos una vida gloriosa en la Casa Espiritual de su Padre. Tengamos presente que este es un buen tiempo para reflexionar y recordar las heridas que recibió el Señor de Señores. Los clavos que traspasaron sus manos y sus pies.
¿Quién de nosotros podría soportar un Crimen como este, por un amigo o incluso por un familiar cercano? Aunque seamos sepultados en vida, El nos hará resucitar en su Gloriosa Victoria. Demos algo por quien lo ha dado todo por Nosotros.
Divina Castillo.