Por sus supuestos tratos con funcionarios egipcios, incluidas acusaciones de que compartió documentos no públicos, la candidata republicana al Senado de los Estados Unidos, Shirley Maia-Cusick, está pidiendo al Departamento de Justicia que acuse al senador estadounidense Bob Menéndez de espionaje. “Me preocupa mucho que el senador Bob Menéndez siga comprometiendo deliberada y egoístamente los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos por unos cuantos lingotes de oro y un coche nuevo y reluciente”, dijo Maia-Cusick.
“El senador Menéndez vendió de manera flagrante y descarada los secretos nacionales de Estados Unidos a una nación extranjera. De ser cierta, la acusación del Departamento de Justicia la cual acusó a Bob Menéndez de espiar efectivamente en nombre de Egipto, la traición más grave que un ciudadano estadounidense puede infligir a nuestro país.
Como resultado, Maia-Cusick quiere que los fiscales federales consideren una acusación sustitutiva contra él por cargos de espionaje.
El fiscal federal para el Distrito Sur de Nueva York, Damian Williams, dijo en sus comentarios del viernes al anunciar la acusación que podrían presentarse más cargos en el futuro. Maia-Cusick está llamando la atención sobre el resumen de la acusación de supuestas conversaciones que Menéndez mantuvo con funcionarios egipcios. Menéndez –hasta el viernes pasado– había sido el poderoso presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, lo que le otorgaba amplia autoridad sobre la política exterior estadounidense y la política internacional.
Según la acusación, Menéndez abusó de su cargo para aumentar la ayuda militar y financiera a Egipto, para enriquecerse a sí mismo y a su esposa Nadine. Supuestamente, Menéndez escribió de forma fantasma una carta que buscaba convencer a otros senadores de que liberaran 300 millones de dólares en ayuda a Egipto; mantuvo conversaciones sobre financiación militar extranjera y ventas militares con funcionarios egipcios; y proporcionó información no pública sobre la composición del personal que trabaja en la Embajada de Estados Unidos en El Cairo a funcionarios militares egipcios.
Sobre la divulgación de información por parte de Menéndez sobre el personal de la embajada, la acusación dice: “Aunque esta información no fue clasificada, se consideró altamente sensible porque podría plantear importantes preocupaciones de seguridad operativa si se divulga a un gobierno extranjero o se hace pública”. No está claro si estas cuestiones equivalen a la definición legal de espionaje.
Por su parte, sin embargo, Menéndez ha refutado estas acusaciones y descarta cualquier sugerencia de que haya trabajado indebidamente en beneficio de Egipto. En una conferencia de prensa ayer, Menéndez enfatizó su historial de responsabilizar a Egipto por abusos contra los derechos humanos. “Siempre he trabajado para responsabilizar a esos países, incluido Egipto, por los abusos a los derechos humanos, la represión de su ciudadanía y su sociedad civil, y más”, dijo.